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ESTO ES DE LOCOS¡¡¡¡

POR LA LIBERTAD...

Erase una vez un niño, que podía ver los sentimientos de las personas, sí, como lo oyen podía verlos. Veía a las personas y alrededor de ella, veía flotar todos los sentimientos que brotaban de lo más profundo de su corazón. Pero aquel niño no era feliz, nada feliz, pues casi todo el mundo tenía a su alrededor sentimientos relacionados con el mal, con el odio, el rencor, pocos eran aquellos de corazón puro que iban felices y se sentían encantados con su vida. Casi todo el mundo iba maldiciendo temprano por la mañana. Cuando iba camino de clase siempre se cruzaba con un divorciado que con su maletín se dirigía a su trabajo. Se sentía desdichado, desahuciado, sucio, desaliñado, como si nadie creyese en el. odiaba su trabajo, odiaba coger todos los días el mismo camino, amaba a su ex-esposa, no podía ver a sus niños. Nuestro niño podía ver la pena y la ira siempre como compañera de aquel hombre.
 
Y siempre se cruzaba con aquel joven que daba el periódico gratuito que siempre tenía una sonrisa, mientras se sentía preocupado, por todo, por el futuro incierto que se le avecinaba, por el miedo a la futura vida, por no saber que le deparaba el día siguiente, se le podía ver el miedo y el pánico desde la otra acera, mas con una sonrisa tendía su mano temblorosa tendiendo el periódico.
 
Pero llegaba aquella señora feliz, la única de todo el camino, aquella mendiga de pelo blanco que se dedicaba a recolectar bolsas y ponerlas en su carrito. Despierta y sin pedir limosna se centraba en mirar a todo el mundo mientras los analizaba en su memoria, era feliz por ver la desdicha de los demás, que teniendo más que ella eran incapaces de ser feliz dos horas seguidas. Y ella sin tener nada, era la mujer más feliz del mundo. Sin tener nada material, tan sólo aquellas bolsas que iba recolectando y que iban siendo ya tantas como canas blancas de plata pintaba ya su pelo.
 
Veía la desgana de los padres que arrastraban a sus hijos al colegio, mientras estos despreocupados dormían en el asiento trasero de los coches.
 
Pero siempre llegaba a aquella tienda de electrodomésticos con los televisores encendidos en el escaparate, siempre tenían puestas las primeras noticias de las mañanas y odiaba ver la hipocresía que vestía a políticos, deportistas, actores, actrices, presentadores y demás bazofia de ultratumba del mundo de la televisión.
 
Aquel ñiño miraba sus manos y veía a su alrededor su sentimiento de desliusión que le embargaba, de saber que el mundo era un lugar cruel y desagradable al que nadie nos preguntó si queriamos venir.
 
Aquel niño decidió luchar contra la sociedad, contra la corrupción, contra la infelicidad, contra todo aquel que no disfrutara de los momentos de su vida.
 
Aquel niño abandonó su empeño, cuando descubrió que su sueño era una utopía inalcanzable que sólo viviría en su mente.......miro sus manos....y aquella desilusión de antaño se había transformado en pena, pena porque sabía que por muchas personas que hubieran como él nunca se unirían para luchar, pues el sistema se había encargado de separarlos.
 
Y decía Braveheart... "Por la libertad"...No sabía que la Libertad era un sueño inalcanzabñe para el ser humano, pues siempre será esclavo de su propio pensamiento.
 
QUE USTEDES LO DISFRUTEN
 
WALTER HEGOR
 
 

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