Blogia
ESTO ES DE LOCOS¡¡¡¡

Al final








Ya ni recordaba su nombre, ni sabía quien era, tan sólo a ratos tenía vagos recuerdos de lo que había sido su vida, ni tan siquiera sus hijos, quienes lo había sido todo, no eran para él más que una nube de humo de recuerdos que se le difuminaban en el pensamiento, aquel alzheimer era cada día más fuerte.

Pasaba las que seguramente eran las últimas horas de su vida en aquel hospital, sentado en el alféizar de su ventana, mirando al horizonte como si en él estuviesen hundidos todos sus recuerdos, pasaba el día intentando recordar, como había sido su vida, que había sido, es más quien había sido, pero era en vano, aquel ser que se le había instalado en su cerebro le dejaba casi sin margen de maniobra frente a sus recuerdos. Alguna tenue luz alguna vez de lo que había sido su infancia, alguna luz, sobre unos años felices y alguien a su lado. Pero era en vano, cualquier esfuerzo era una gota de agua que se diluía en un río, y desde la ventana podía ver salir al sol, marcharse de nuevo, volver a salir, días, meses y nadie sabe si incluso años.

Sólo sabía una cosa y era que el color azul le fascinaba, el azul del cielo, las batas celestes de otros enfermos, por eso pasaba mil horas en su ventana, por ver el azul del cielo, cualquier cosa azul le llamaba la atención, le hacía tener algunas de esas luces de recuerdos, como si aquel color fuese el recuerdo de haber tenido una vida. Y aún no comprendía por que.

Pasaron los años, y se iba consumiendo su vida como si fuese el final de un cuento que se termina, ni siquiera sabía ya cuanto tiempo llevaba en aquel lugar que no sabía donde era, ni siquiera sabía qué era, ni quien era, ni hablar sabía, ni andar, apoltronado en aquella cama miraba como siete caras desconocidas lloraban desconsoladamente hablando en un idioma completamente desconocido. Sus pupilas, casi dilatadas por completo, apuntaban al cielo, mientras con una gran dificultad respiraba. Una a una aquellas caras se fueron acercando a él mientras entre sollozos le besaban, un molesto pitido de máquina se hacía intenso y seguido a cada minuto que pasaba, aquellas caras unas más jóvenes, otras más maduras se le acercaban y le miraban mientras al parecer le hablaban.

Y después de todo aquel desfile, una mujer de pelo plateado, plata que alguna vez fue oro, se acercaba mientras tiernamente le acariciaba el pelo, apoyaba su brazo en la almohada mientras detenidamente le acariciaba ahora la cara, una lágrima corrió por aquella cara que una vez fue joven, pero que seguía siendo hermosa, y se acercó hasta él abriendo los ojos. Y fue ver aquellos ojos y sintió como si una luz se abriera, aquellos ojos azules como el cielo, aquellos ojos con los que había compartido una vida entera y cada día de aquella larga enfermedad habían estado de su lado, aquellos ojos por los que una vez había perdido la cabeza y que ahora con la cabeza perdida no había sido capaz de reconocerlos. Pero ahora sí, sabía que ojos eran, sabía el motivo de su vida, sabía y casi podía recordar con claridad todos y cada uno de los años que había estado mirándolos disfrutando con ellos y riendo. Con la poca fuerza que le quedaba en su cuerpo y con el instante de luz que le daba aquellos ojos, se agarró fuertemente al cuello de ella y casi levantando su cabeza pudo decir:

- Eres tú, todo lo que sientas, yo más.

Y con una sonrisa cayó hacia atrás en su cama, expirando, pero feliz y recuperando su vida.

Todos comenzaron a llorar, mientras uno de sus hijos se acercó a la anciana y le preguntó entre lágrimas.

- Mamá, ¿Qué ha querido decir?

Aquella anciana comenzó a mirar por la ventana mientras le resbalaba una lágrima por su mejilla.

- Que siempre decía, que pasara lo que pasara, que él me querría más. Y así lo ha hecho. Hasta hoy.

1 comentario

magnica -

Buff!!

Precioso!

Uno de los textos más bellos que recuerdo haberte leido.

Me ha encantado y emocionado en la misma propoción.

pd: y como siempre, grande también la canción!

Un beso!