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ESTO ES DE LOCOS¡¡¡¡

Berlín 1943

Aquello no era normal, desde hacía bastante tiempo nada había estado siendo normal, ni tan siquiera las informaciones que daban las radios de la ciudad parecían verídicas dese hacía mucho tiempo, todo había cambiado y mucho desde que les habían cosido aquellas estrellas de david en sus ropas y desde que no podían salir a las calles sin ellas. Desde luego no era una buena época para tener creencias religiosas, ya fueses practicante o no, aquellos camisas pardas se encargaban de hacer lo que el gobierno del furer oficialmente no hacía pero que desde la clandestínidad bien que lo mandaba. Corrían malos tiempos y, como decía la señora de la casa, los peores estaban a punto de llegar. El trabajo escaseaba para aquel que ondeara aquella estrella en su brazo, los negocios de aquellos que también la lucían estaban siendo arrasados paulatinamente por desalmados, los familiares desaparecían sin dejar rastro y pocas eran las familias que pertenecían aún completas en el corazón de Berlín. ¿Y Europa? Europa estaba dormida mientras pensaba que aquel hombre chiquito de mostacho ridículo y ojos fríos no iba a hacer nada que pudiese llegar a sus paises. No saben que las ideologías no entienden de fronteras ni de aduanas. Eran malos momentos para el amor, la lírica, el verso, la prosa, la canción, la música, el teatro... cualquier arte no era digno de disfrutarse en tal época. Pero siempre existen almas que desafían a la razón, y en esta ocasión dos jóvenes enamorados, aquel joven de familia nazi, aquella chica de familia judia, un amor imposible en la dictadura hitleriana. Una noche, a oscuras, en una libreria que los camisas pardas habían arrasado dos días antes se encontraron, allí quedaron, era el lugar más seguro, los camisas pardas nunca pasaban dos meses por el mismo lugar y los curiosos no se acercaban por miedo a que los vecinos le denunciaran como amigos de los judios propietarios, era el lugar más seguro para encontrarse tras el toque de queda. Cuando ambos se vieron en el interior del local se fundieron en un más que emotivo abrazo.

- Mi padre dice que las cosas van a empeorar- dijo el joven.

- ¿Cómo? ¿Aún pueden estar peor?

El joven la miró con los ojos empañados, ella había perdido mucho peso desde que se conocieron, estaba casi escuálida, su pelo rubio ya no brillaba con la intensidad de antaño y sus ojos azules se estaban apagando a la esperanza. La desesperanza comenzó a penetrar también en él.

- No he conseguido saber mucho de tus tíos, el rastro se pierde en uno de los libros de registro a los que tiene acceso mi padre según pude llegar a saber estaban en el tren 45 vagón 12,destino Auschwitzd. A partir de ahí mi padre no tiene acceso a los libros de registro por mucho que lo ha intentado, más de ahí ningún amigo quiere colaborar con el porque dice que solo los hombres de confianza del Furer - la joven cambió la expresión cuando oyó aquella palabra- bueno, de Hitler, son los que saben que contienen aquellos libros de registro.

- Están muertos, si estuviesen vivos se habrían puesto en contacto con nosotros de alguna manera.

- No creo que estén muertos, el gobierno mueve a miles de judios al día, que va a hacer ¿matarlos a todos? Es imposible, el resto de Europa no lo permitiría.

- Europa no sabe lo que está pasando ahí fuera.

- Cariño, no bajes los brazos, el algún momento esto cambiará.

- ¡Cuando Norbert cuando! Para tí es muy fácil decirlo, tú nunca, ni tu familia vais a sufrir lo que nosotros esamos sufriendo - Gretchen rompió a llorar mientras se le atropellaban las palabras - ¡Tú   y yo! ¿en qué nos diferenciamos para que nos traten así? Somos los dos estudiantes de la universidad, bueno yo gracias a tu furer ya no, alemanes nacidos en Berlín, yo ni siquiera acudo a la sinagoga, soy judía por mis abuelos, pero no profeso nada, ¿por qué tengo que llevar esta estrella? ¿por qué tengo que soportar que me traten como si fuese basura? No lo entiendo de verdad no lo entiendo.

Gretchen se tiró a llorar sobre el pecho de Norbert mientras este no sabía que responderle, todo era verdad, incluso su padre, amigo de grandes médicos judios, había visto desaparecer a esos amigos sin poder recibir explicación y era mejor no preguntar. De hecho su padre sabía que él mantenía relación con aquella judía, y nunca le había puesto ningún impedimento, sino todo lo contrario, lo único que le había pedido es que tuviese cuidado que no lo viesen juntos, sino ellos también correrían la suerte de muchos de sus colegas. Gretchen no dejaba de llorar mientras sus lágrimas teñían el pecho celeste de la camisa de Norbert en un azul intenso. Norbert le levantó la cara y la miró a los ojos.

- Escúchame Gretchen, mi padre tiene contactos que pueden sacar del país a ti y tus hermanos, solo a los cinco, la esposa de tu hermano sería prácticamente imposible. Os pueden llevar a lugares que Hitler no se atreverá a pisar. España es aliada, pero no participa de la ideología, allí podréis ser judios, bajo otro opresor pero libres de que os hagan desaparecer. Podeís marchar a Jerusalén, él os llevará a donde queráis. Yo iría a donde tu estuvieses en cuento pudiese salir de aquí...

- Norbert, mi hermano nunca abandonaría a su esposa como tú no me abandonarías a mi, mis padres no abandonaran a los suyos, esta es su tierra, su casa, todo está aquí, nuestra esperanza...

- ¡Gretchen no tenéis ninguna esperanza! - Norbert lloraba desconsolado mientras agarraba a Gretchen de sus escuálidos brazos y la zarandeaba - ¡No lo entiendes! ¡El furer va a acabar con todos vosotros! ¡No se por qué, pero lo va a hacer! ¡No tenéis ni la más mínima esperanza! - cuando terminó de decir todo aquello, la abrazó desonsoladamente.

Gretchen miraba al vacío ensimismada con los brazos bajos, mientras no era capaz ni de responder al abrazo de Norbert.

-....moriremos....

Norbert la abrazó aún más fuerte, recordaba sus primeros besos sus primeros escarceos, sus planes de futuro...

- Consígueme mi pasaje, quiero tener un futuro contigo, quiero ser tu esposa, abandonaré a mi familia, se lo diré a ellos, tal vez alguno quier salvarse.

Norbert respiró aliviado.

- Mañana a primera hora tendrás las instrucciones en tu casa.

 ........

A las ocho de la mañana siguiente Norbert fue a casa de Gretchen, subió las escaleras con una carta en la mano. En aquel piso había un silencio inusual. Cuando llegó al piso de su amada, la puerta estaba abierta, su corazón le dio un vuelco, ya había visto esa imagen otras veces, incluso en su bloque. Ningún vecino sabría nada, nadie sabría nada, absolutamente, entró gritando su nombre. No había nadie, las sillas estaban por el suelo, los cajones revueltos, faltaba una poca de ropa, no había duda, les habían hecho desaparecer, roto por el dolor cayó al suelo llorando a los pies de la cama de Gretchen mientras se consumía por dentro. Justo debajo de la cama un llibro reposaba junto a un plumil. Lo abrió. Era su diario.

"Norbert me ha pedido que me vaya de Berlín, su padre dice que todo va a empeorar, todos vamos a morir. No quiero irme y dejar a mi familia, pero quiero tener una vida con él. Mi hermano Raymond ha decidido mi padre que marche conmigo. Mi madre no deja de llorar, porque sabe que si Norbert nos ha dicho todo eso es porque el fin está cerca. Su padre siempre se ha portado muy bien con nosotros y sé que lo estará pasando mal. Llaman a la puerta, mi madre grita voy a ver que pasa".

Norbert inundó esas últimas letras con lágrimas, no le hacía falta que Gretchen terminara aquel diario, los camisas pardas habían ido a por ellos.

....

Pasaron los días sin noticias, su padre investigó, al fin de una semana de búsqueda en uno de los libros de registros Norbert pudo leer "Gretchen Maier, tren 36, vagón 2, destino Auschwitzd". Lloró amargamente, ahí sabía que se acababa cualquier rastro de ella, cualquier atisbo de esperanza, solo le valía la esperanza de no leer nada en ese libro, pero ver su nombre allí reflejado, lo único que hacía era acrecentar su dolor de intuir lo que podía pasar.

Mese después su padre consiguió mover otros hilos pudo hacerse con una copia de un libro de registro del campo de concentración, lo que costó multitud de favores, pero su hijo debería saber la verdad sobre la joven que tanto quería, y a la que él también le guardaba un gran aprecio. Su padre le dejó la hoja que había conseguido, y se la extendió.

- Mira el registro 4.532 

Norbert siguió con el dedo la línea indicada:

"Nombre: Gretchen Maier.  Fecha de ingreso: 3 de Abril de 1943. Fecha de ejecución 27 de Junio de 1943. Crematorio 15"

Norbert cayó al suelo de rodillas,  ambos lloraron de rodillas, su padre por quinta vez en ese mismo día.

QUE USTEDES LO DISFRUTEN

WALTER HEGOR

En honor de los seis millones de judios que perdieron la vida durante el holocausto nazi. Sirva esta historia que seguro no será muy distante de alguna que pasara en la realidad. Descansen en Paz estos millones de inocentes. 

 


 

 

2 comentarios

acoolgirl -

Ufff!!! Me has sacado la lagrimilla...Me ha encantado. Gracias.

Un besoteee

Isabel -

Triste pero emocionante, me ha encantado nene.