ROMANCERO 1

A LA MUJER DEL CARRITO

Ya no oía el chirriar
de aquellas ruedas tan viejas,
de aquel antiguo carrito,
ni el protestar de su dueña.
¿Los papeles del destino,
ahora quién los maneja?
si ella hacía y deshacía,
como siempre antoja y sueña.
Mas al fin un día nuevo,
volví a escuchar su rueda,
e incluso sonó a canto
aquella protesta eterna.
Y la plata de su pelo
parecía al fin risueña,
pues le hace burla al tiempo
con testadura certeza.
Ya no caminas mis calles,
ahora en otras paseas,
será que tus pies cansados
hermoso descanso anhelan.
Mujer del viejo carrito,
a mí tu visión alegra,
el saber que aún hay alguien,
que quiere vivir su guerra.

A LA MUJER DEL CARRITO QUE MORO SIEMPRE POR LUIS MONTOTO YA HORA MORA POR EDUARDO DATO, QUE LO SIGA HACIENDO POR MUCHOS ÑAOS.

WALTER HEGOR.