Sólo tú, tan solo tú
Hasta he subido montañas,
hasta he bajado al infierno,
hasta he cruzado mil mares,
hasta escuchar un te quiero.
Incluso he llorado a solas
en otros tiempos lejanos,
en el que al verme la cara
ni me veía a mi lado.
He visto guerras y paces,
he visto tregua y pecado,
he visto al amor y al odio,
vi con los ojos cerrados.
Y es que ahora solo risas,
solo besos y miradas,
solo risas y caricias,
se me funden con el alma.
sólo tú, tan sólo tú,
como un regalo divino
al que amo más cada día,
cada día que te miro.
QUE USTEDES LO DISFRUTEN
WALTER HEGOR
Os recuerdo que podéis seguir leyendo a Walter Hegor en su novela, relato corto, llámenlo como quieran EL ALMA SOLITARIA
0 comentarios