Mis dedos son frío hielo
que acaricia tus mejillas
en esas tardes de invierno
solitarias y a escondidas,
y son eterno calor
que suele agobiar y estorba
en las tardes de verano
a la sombra de la alcoba.
Son mis dedos esa brisa
que hace a tu pelo mover
las tardes de primavera
en que te sientes mujer
y son esas hojas que caen
rozando lento tu cuerpo
en esas tardes de otoño
cuando fue el primer beso.
QUE USTEDES LO DISFRUTEN
WALTER HEGOR
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